domingo, 12 de mayo de 2013

La tienda y la vida (Dietarios), de Isabel Sucunza



Confieso que cuando me puse a leer este libro lo hice solo por dos razones: me gustó el título y me llamó la atención la portada (siempre se me van los ojos al rojo, una que es simple y funciona por estos impulsos). Y con el gusto de no saber lo que te vas a encontrar al pasar las páginas, abrí La tienda y la vida, de Isabel Sucunza, y me puse a leer.

En primer lugar, aviso para navegantes: como habéis podido suponer por el subtítulo que lleva el libro, no se trata de una novela, sino más bien de una especie de diario donde la autora junta continuas referencias literarias no aptas para amateurs con agudas reflexiones sobre los aspectos más cotidianos de la vida (frases como "la tele está diciéndote continuamente qué pensar, el gotelé no" se me han quedado grabadas).

Lo más destacable es su narradora, a veces compleja, que todavía no sé si efectivamente coincide con la autora o es solo una vaga impresión, que juega con la realidad y la imaginación diseccionando los aspectos más variopintos de la vida desde su segundo trabajo (vaya, ser pluriempleada en este país tiene mérito, además de ser una triste suerte) como dependienta en una tienda de ropa.

Lo sorprendente del libro es que estas reflexiones, que resultan a veces realmente hilarantes, tienen una chispa que te impide despegarte del libro, y a veces dan en el clavo formulando lo que pensamos y nunca hemos expresado de manera abierta. Por ejemplo, cuánta verdad encierra el capítulo 2 y sus ideas sobre las encuestas (y es que es verdad, qué grande es el mundo y qué perezosos nosotros para conformarnos con el estudio de turno), por no hablar del crowdfounding y lo atinado de llamar ladrones de guante blanco a todos esos supuestos artistas que sablean a amigos y almas cándidas en general.

Su autora, Isabel Sucunza, se mueve así en la fina línea que separa una lectura inteligente de la más pura pedantería, algo de lo que a posteriori he podido ver que se le acusa sin piedad, pero tampoco parece que le importe y creo que ese es el encanto del libro.

En definitiva, os lo recomiendo, porque es un libro realmente entretenido e ingenioso, pero no nos engañemos, La tienda y la vida es divertido, pero no por ello simple, al contrario: me resultó un libro un tanto complicado. Complicado a la hora de intentar clasificarlo, complicado a la hora de leerlo y extraer todo su jugo, e incluso complicado al intentar hacer una reseña y hablaros sobre él.


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